jueves, 28 de octubre de 2010

VARIACIONES DE COLOR



El pasado mes de agosto durante una jornada de anillamiento científico en Teruel capturamos un pinzón vulgar ( fringilla coelebs ) que llamaba enormemente la atención.
Este ejemplar mostraba una gran cantidad de plumas blancas en sus alas hasta tal punto que durante el vuelo ya resultaba llamativo.
Esta característica no especialmente extraña y no es la primera vez que capturamos ejemplares con variaciones de color de mayor o menor intensidad.
Es lógico pensar que estos ejemplares serán rápidamente eliminados por la naturaleza, su color llamativo limitara claramente sus posibilidades de supervivencia al ser más visible para sus depredadores y también por la posibilidad de sufrir rechazo por sus propios congéneres.
Hasta aquí este razonamiento parece lógico, pero lo verdaderamente asombroso es que este pinzón era una hembra adulta realizando su muda completa y además presentaba placa incubatriz en regresión.
Todo esto nos hace pensar que en el caso de que hay conseguido sacar adelante a su prole cabe la posibilidad de fijar dicha mutación aunque aun así las posibilidades sean remotas.
En las aves silvestres estas variaciones en el color originario suelen ser casi siempre debidas a mutaciones o bien a aberraciones.
La diferencia reside en que si bien las aberraciones causantes de cambios en la tonalidad afectan en exclusividad al individuo que las sufre no afectando al genotipo y no siendo por tanto transmisibles; en el caso de las mutaciones sí que afectan al genotipo y por tanto se pueden transmitir a los descendientes.
La composición cromática de las aves silvestres europeas esta básicamente integrada por pigmentos melanicos y unos pigmentos lipocromicos (amarillo, rojo, blanco). Al parecer este ejemplar ha sufrido una dilución del pigmento lipocromo acompañado también por el mismo fenómeno en el melanico.
Hasta la fecha había podido observar con frecuencia ejemplares de gorrión ( paser domesticus ) en la ciudad con este factor de dilución visible en las plumas de vuelo lo cual achacaba a la falta de depredadores en este tipo de ambientes lo cual permitía la fijación de estas características, al menos hasta la irrupción en los últimos años de los cernícalos cuya presencia en las ciudades es ahora tan común como la de los mismos gorriones.
El caso es que no es muy habitual encontrar estas variaciones en “campo abierto” al menos en ejemplares adultos y que además han superado el periodo reproductor lo cual demuestra que siempre hay excepciones.
Por cuanto que no me considero un experto en este tema (mutaciones) agradezco cualquier aclaración o aportación al respecto.
Publicado por: Julián Martinez

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